Ha pasado mucho tiempo desde que publicamos nuestro último número. Nos entristece no haber continuado en la primera época nuestra pequeña obra de apertura de conciencias. Pero, ahora que Dios nos concedió nuevamente su gracia, nos ponemos nuevamente a combatir por la verdad, no dejando que otros roben nuestra libertad de pensar por nosotros mismos.
Nuestra labor como universitarios –es necesario volver a recordar– es la revaloración de todo aquello que hizo grande a nuestra patria. Volver a hacer brillante todo lo que hizo que los paraguayos pasáramos de la barbarie y opresión en la que vivíamos, a la luz del saber y la esperanza de nuevos mundos en libertad.
Nosotros, en la Liga Patriótica Universitaria, no queremos otra cosa que defender el sagrado terreno donde no puede haber otra cosa que la verdad: nuestras almas.
¿Quién puede alcanzar una verdadera victoria en razón de la mentira? Su gloria será pasajera como el lirio del campo. En cambio, la gloria cimentada sobre la verdad, aunque conculcada un tiempo, se sobrepone finalmente a toda ideología.
Hoy –es necesario recordarlo– vivimos un verdadero combate ideológico, una guerra semántica por el significado de las palabras, que dejan la realidad sustancial para ser entregada en manos del oportunismo político y pseudo- científico. Nosotros, en la Liga Patriótica Universitaria, no queremos otra cosa que defender el sagrado terreno donde no puede haber otra cosa que la verdad: nuestras almas.
Buena lectura.
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