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De lo informal a lo formal: La importancia de vislumbrar las premisas ocultas en el discurso cotidiano.

_o Lucy era una mentirosa 

_o Lucy estaba enloqueciendo 

_o estaba hablando con verdad. 

Viendo que Lucy no era una mentirosa habitual, y que por ello no sabía mentir con naturalidad, y viendo que tampoco mostraba signos de locura, y a su vez, mostraba tal convicción en sus palabras, solo restaba la última posibilidad; ella “hablaba con verdad”.

Lewis, -quien en esta ocasión se sirve del profesor- como  Chesterton; del Padre Brown, y Tolkien; de Gandalf -muestra no solo un argumento simple y conciso, sino bien estructurado, realizando con ello un acto de alta dificultad según los estándares de Platón: llevar algo de luz a la caverna.

Platón en “La República”,- introduce- “la alegoría de la caverna”, donde se relata; la historia de un grupo de hombres que vivieron toda su vida en una cueva, inmovilizados, pudiendo ,solo ver, figuras de sombras proyectadas en una pared frente a ellos, Y así permanecerían, si no fuera porque uno se libera y sube a la superficie, y donde para sorpresa suya, al no estar habituado con la luz- se siente- primeramente ofuscado con el sol, y luego paulatinamente; viéndose  más cómodo con la luz, acaba, este “hombre explorador” por discurrir que en toda su vida estaba viendo algo irreal. Pero que, al regresar a las sombras, es tomado por loco y mentiroso por sus antiguos compañeros; esto debido a que los cavernícolas no “comprenden” cómo se expresa el explorador, y porque también, este hombre que regresó había perdido destrezas que antes servían en la oscuridad.

Así pues, si aplicamos esto a cualquiera que empiece a dedicarse con cierto ahínco en su educación, tarde que temprano se dará cuenta de cierto abismo que se teje entre las personas de a pie, y las que se hallan en su nicho, -repitiéndose lo de la caverna-, si uno se dedica al marketing dirá cosas; 

《como la necesidad de aumentar el tráfico para mejorar los resultados de su embudo》 (y si uno no está en este ámbito, las palabras tráfico y embudo tendrán un significado diferente), lo mismo aquel que se dedica a la música, escuchará los tonos de cada composición nueva, tradicional o clásica, y dará valor a cosas que la gente de a pie, no oye; (como el bajo), y poco a poco le resultará más complicado justificar sus nuevas creencias o criterios a los demás, pues, no solo su lenguaje cambia, sino que varios conceptos son comprometidos en su mente debido a su nuevo círculo de referencias.

Si un sujeto empieza a estudiar música instrumental en serio, difícilmente podrá explicar a un oyente de música urbana sobre acordes, formas rítmicas diferentes al 4/4, o la riqueza de las escalas menores; sin quedar como el explorador en la alegoría platónica. Luego, el desafío de llevar luz a los cavernícolas se vuelve una lucha casi perdida.

Pero, que estos abismos se den en el ámbito de cosas técnicas no es una problemática urgente, aunque sí es grave. Mas, si se dan en el ámbito de la lógica proposicional, es un agravante, debido a que solemos actuar de un modo u otro, justificados por nuestras creencias y estas creencias son tejidas por el uso del lenguaje, y este a su vez, es configurado por la lógica básica. 

Si no comprendemos mínimamente los “conceptos y criterios” que componen nuestras creencias, nuestra percepción moral, nuestra conducta cotidiana e incluso; nuestras decisiones individuales o comunitarias, se verán peligrosamente comprometidas.

Para muestra, una anécdota de campo; en varias carreras de humanidades se escucha por parte de algún profesor ilustrado, incluso altamente titulado, frases que nacen de lo profundo del abismo de la estupidez humana como: –“la verdad es relativa”, o “todo es una construcción social”, o “la religión verdadera es ser buena persona”, o “el ser humano es un virus”– y muchas otras frases enlatadas sin un mínimo de crítica que da como resultado; una vez verbalizadas, la división entre los que las aplauden y los que callan y bajan la cara por la vergüenza ajena.

El rey desfila desnudo con su nuevo traje…

-¿Por qué, los advertidos del error, bajan la cara en vez de defender la verdad?- 

Pues, porque por lo general la persona que se ha pronunciado; no comprende ni la naturaleza de una contradicción, ni la suspicacia de una falacia.

 Si un alumno o maestro auxiliar quisiese corregir diciendo: “no se puede negar la validez de las afirmaciones universales con una afirmación universal”, más le valdría haber hablado en un idioma extranjero o ficticio que tendría el mismo resultado. Los que aplaudieron no comprenderían, y los que comprendieron, serían los mismos que de un inicio se dieron cuenta de tales errores. Pero, a su vez, si el que comprende el error se toma más de ocho segundos en explicar el fallo perderá la atención de los oyentes ya sea por una interrupción o por el cuasi pandémico caso de déficit de atención prolongada en la actualidad. Casi todo debe de ser reducido a las dimensiones de un meme en redes sociales.

En el ámbito técnico, como el marketing y la música, resulta sencillo tratar con este problema, pues, se debe explicar los resultados. En lugar de aumentarás tu tráfico orgánico, el marketero dice: tu empresa será más popular, y en la música, en vez de explicar la riqueza de los matices, se interpreta (no solo canta) una composición. Es por ello que lo técnico siempre progresa, porque sus resultados son fácilmente evaluables. Puede que el músico no tenga con quien discutir teoría musical con frecuencia, pero aún así hará música.

Pero, en el ámbito de las humanidades, para variar, la cosa no es tan clara. Pues, si de llevar luz a cavernícolas se trata, se debe de atenuarla a fin de generar interés en ella. El versado en lógica, ética, teología, retórica….,deberá por caridad, llevar parte de lo sabido a la informalidad.

Puede parecer estéticamente repulsivo pensar en ello, pero todo ser humano se mueve por lógica, lógica informal quizás, pero lógica aún así.

 El logos y el ser humano son inseparables. Y así como de plantas y minerales brutos se extraen las sustancias necesarias para elaborar medicamentos en laboratorios, también, de la conversación cotidiana se puede dar formalidad al discurso vulgar y simplificar después, lo complejo, sin perder con ello su riqueza. ¿Imposible?, no, solo vean nuevamente el ejemplo del profesor Kirke. ¿Complicado? sí, mucho… pero es justo que mucho cueste lo que mucho vale. Y tener la posibilidad de compartir, comprender, criticar, escuchar y expresar ideas, creencias y razonamientos, y no morir (de vergüenza propia o ajena) en el intento, vale la pena.

¿Cómo?: comprendiendo la naturaleza de las “premisas ocultas”.

Premisa 1: Sócrates es hombre.

Premisa 2: El hombre es mortal.

Conclusión: Sócrates es mortal.

En este ancestral ejemplo de lógica formal, se puede comprender rápidamente la conclusión, y está hecha de tal manera para que cualquier principiante pueda notar las relaciones en la estructura. Pero en la lógica informal, que es la que todos usamos cotidianamente, por lo general se invierte el orden. En vez de: Sócrates es hombre y el hombre es mortal…, uno escucharía algo cómo: Sócrates es mortal, porque es un hombre; dejando la premisa “los hombres son mortales” oculta, como ya asumida por todos, es en esta premisa donde puede hallarse la clave de la mayoría de las discusiones.

Si uno se halla conversando con un abogado, y de pronto se le ocurre decir; –“ningún abogado es honesto”, el abogado oyente se ofendería con la afirmación. Y el hablante bien podría argumentar: -no te he mencionado específicamente a ti-, sin darse cuenta de que sí lo ha hecho, pues, si ningún abogado fuese honesto, y su interlocutor es un abogado, está afirmando por medio de una premisa oculta que su interlocutor es deshonesto. El ofendido, en este caso, en vez de decir “al usar un universal negativo… etc, etc.” debería de asumir la posible ignorancia del ofensor, y sencillamente señalar que él no es deshonesto. El interlocutor dirá, -bueno, tú eres una excepción-,  y si por su parte, el abogado vuelve a insistir retrucando;  -entonces, “no todos los abogados son deshonestos”- el ignorante, a fin de evitar conflictos, admitirá que “algunos abogados son deshonestos, pero no todos”. Este ejercicio de lógica se puede usar si se comprende la forma, para ahorrarse conflictos innecesarios de manera rápida en una situación cotidiana, donde no hay tiempo de meterse en líos por largo rato.

一Los católicos son idólatras.

一Pero, yo soy católico y no soy idólatra.

一Bueno, pero sé de algunos…

一Entonces, algunos sí, otros no.

一Está bien, solo algunos católicos son idólatras, otros no.

Parece una minucia, pero, lograr reducir una afirmación universal a una particular en la propia boca de un contrincante retórico, le reduce notablemente el impacto que trataba de obtener con su afirmación inicial, y da apertura a su vez, a la posibilidad de reconsiderar la creencia previa.

Si ese católico dice no ser idólatra, y ese sujeto es una persona honesta, puede que gran parte de los católicos no sean idólatras. O puede que comprenda de manera distinta a la mía el concepto de idólatra, o puede que…

Por lo general, el replanteo de una creencia errónea, como en el ejemplo anterior, suele darse en una experiencia más cotidiana que formal.

Si Lucy no es mentirosa, ni está loca… puede que esté diciendo la verdad.

Solo que este ejercicio de pasar algo de lo informal a lo formal y responder informalmente a fin de estar hablando el mismo idioma, es complicado. Requiere práctica, y una vez practicada, se vuelve arte.

Entre los más destacados polemistas y conferencistas podría citar al Psicólogo Jordan Peterson, quien en varias entrevistas, por medio de alegorías y ejemplos cotidianos consiguió hacer que varios contrincantes le den la razón. Todo porque sabe ordenar ideas, comprender las trampas, vislumbrar las premisas ocultas y responder coherentemente sin insultos o desprestigios al contrincante.

Cuando una palabra puede tener diversas acepciones, pregunta en qué sentido.

一¿Por qué no estás a favor de la igualdad entre hombres y mujeres?

一¿Igualdad ante la ley?

一Sí.

一No estoy en contra.

一Pero… si dijo que el hombre y la mujer no son iguales.

一Sí, dije eso. No son ni psicológicamente ni biológicamente iguales.

Bajo estas premisas, el enemigo queda desarmado, pues, la intención era equiparar un tipo de igualdad (considerada socialmente correcta) a otra ideológica. En esta circunstancia, el contrincante retórico saltará a otro tema casi inmediatamente. Así que, quien tiene cierto dominio del contexto retórico, debe verse en la obligación de aclarar el punto: Espera, por favor… antes de saltar a otro asunto, ¿quedó claro que no estoy en contra de la igualdad ante la ley?

Pero, he ahí otra complicación, para variar: conocer la variante de los conceptos (cómo las diversas acepciones de la palabra igualdad, en el ejemplo anterior).

Respuesta de un pensamiento automático: “No se puede saber todo.”

Respuesta de un ejercicio reflexivo: “Es un deber como adultos intentar saber lo suficiente.”

Un día, Martín, de 4 años de edad, miró a su perrito nuevo y preguntó: -¿blanco con negro? – Su padre, quien le oyó, le informó que su perro era así porque era de raza Dálmata. Lo que no ponderaba era que Martín registró en su mente, sin conocimiento alguno de lógica formal que, los animales blanco con negro son Dálmatas.

Cierto día, de visita a una granja, vio una vaca holandesa, y exclamó:

 -Un dálmata grande.

 Su padre, quien recordó la charla anterior, se percató del fallo, y le corrigió sonriendo;

-eso no es un perro dálmata,Martín, es una vaca holandesa. 

El niño asintió, -aunque confundido-, en su mente, la premisa todos los animales blanco con negro había sido reestructurada a algunos animales blanco con negro son perros dálmatas, y otros son vacas. Ese paso de un universal (todos) a un particular (algunos), le dio a temprana edad la posibilidad de conocer más universales y con ello la posibilidad de discriminarlos correctamente “todo perro blanco con negro es un perro dálmata”, “todo perro no es vaca”, “todo dálmata es un perro”, y otras configuraciones, otras creencias o ciencias que se estructuran en el conocimiento activo y residual del pequeño Martín.

Por ello, es menester para un adulto, _conocer de las cosas para trazar camino a los siguientes. 

_ la lógica para efectivizar el lenguaje, un “buen lenguaje”, que forme creencias y valores cohesas con la realidad..

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